Los analistas están divididos sobre las perspectivas del mercado inmobiliario. Algunos temen una crisis inmobiliaria similar a la de 2008, mientras que otros creen que el mundo experimentará una recesión inmobiliaria. Este último jugará un papel necesario en la contención de la inflación, dado que el mercado inmobiliario dinamiza mucho la economía con su fuerte necesidad de materiales y mano de obra.
En última instancia, la dirección del mercado de la vivienda depende en gran medida de la duración del ciclo de subida de tipos. En el lado positivo, los precios más bajos harían que las casas fueran más asequibles para los compradores primerizos desde el punto de vista del precio de compra, pero la capacidad de pagar la hipoteca podría ser igual de difícil debido al aumento de las tasas.
Cuando las ventas de viviendas bajan, las acciones se acumulan y los constructores dejan de construir nuevas viviendas. Esto se traduce en pérdidas de puestos de trabajo y una menor demanda de productos y materiales de construcción, como madera y hormigón. También hay efectos dominó en algunos sectores de las finanzas, el comercio minorista, el transporte y la fabricación. Así que también preste atención a los sectores directamente expuestos al mercado inmobiliario.